Fotografía por: Colombia.com
Cada año, Colombia se une el 22 de agosto a la conmemoración del Día Mundial del Folclore, una fecha que honra las tradiciones, expresiones artísticas y saberes populares transmitidos de generación en generación.
La celebración tiene su origen en 1846, cuando el arqueólogo británico William John Thoms utilizó por primera vez el término “folklore” —proveniente de las palabras inglesas folk (“pueblo”) y lore (“conocimiento”)— en una carta publicada en la revista Athenaeum. Más de un siglo después, en 1960, la UNESCO oficializó esta festividad durante el Primer Congreso Internacional de Folklore en Buenos Aires, con la participación de delegados de más de 30 países.
En Colombia, cada 22 de agosto el folclore se vive con una diversidad cultural única que abarca músicas, danzas y leyendas. Manifestaciones como la cumbia, el mapalé, la guabina, el bambuco, el pasillo y el joropo reflejan la mezcla de raíces indígenas, africanas y europeas que dieron forma a la identidad nacional. Igualmente, personajes míticos como La Llorona o El Mohán forman parte del patrimonio inmaterial que se transmite en comunidades rurales y urbanas.
El Ministerio de Cultura destaca que estas expresiones no solo son testimonio de memoria colectiva, sino que además fortalecen la economía creativa y el turismo cultural. Festividades como el Festival del Bambuco en San Juan y San Pedro en Huila, declarado Patrimonio Cultural de la Nación, o el Festival de Música del Pacífico Petronio Álvarez en Cali, que desde 1996 visibiliza la herencia afrocolombiana, son ejemplos de cómo el folclore se mantiene vivo y se adapta a los contextos actuales.
En Cundinamarca, las celebraciones incluyen encuentros musicales, presentaciones de danzas tradicionales y espacios académicos para reflexionar sobre la importancia de preservar el folclore frente a la globalización. El propio nombre del departamento tiene raíces culturales: “Cundinamarca” proviene del quechua Kuntur marqa, que significa “nido del cóndor”, una muestra de cómo la lengua indígena sigue presente en la geografía y la historia nacional.
El Día del Folclore no solo recuerda el valor de estas manifestaciones como símbolo de identidad, sino que invita a los colombianos a reconocer, practicar y transmitir aquello que constituye el alma de sus comunidades.