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Cada 30 de julio, el Día Mundial contra la Trata de Personas recuerda la urgente necesidad de combatir uno de los delitos más atroces del siglo XXI. En 2013, la Asamblea General de la ONU estableció esta fecha para aumentar la conciencia sobre la trata de personas y movilizar esfuerzos globales para erradicar este flagelo. La trata de personas es una grave violación de los derechos humanos, considerada una forma moderna de esclavitud que priva a las personas de su libertad y las somete a explotación en diversas formas, desde trabajos forzados hasta explotación sexual.
Para el Día Mundial contra la Trata de Personas 2024, Naciones Unidas ha adoptado el lema “No podemos dejar a ningún niño o niña atrás en la lucha contra la trata”. Este enfoque pone en el centro de la problemática a los menores, quienes representan un alarmante 30% de las víctimas según el Informe Mundial sobre la Trata de Personas de la UNODC. La vulnerabilidad infantil, exacerbada por el acceso sin supervisión a Internet, agrava el riesgo de explotación y abuso.
La trata de personas sigue siendo una crisis global con más de 12 millones de víctimas actuales. Este crimen se manifiesta en alrededor de 500 rutas de tráfico, de las cuales 32 están localizadas en Iberoamérica. La explotación abarca desde el trabajo forzado y la servidumbre doméstica hasta la extracción de órganos y la mendicidad. Con estas cifras, es crucial intensificar las estrategias para proteger a los más vulnerables y cerrar las brechas que permiten la proliferación de este delito inhumano.
Fuente por: Díainternacionalde