Fotografía por: Noticias Día a Día
En medio del panorama actual marcado por el cambio climático y la escasez del recurso hídrico, las ciudades están llamadas a transformar radicalmente su manera de gestionar el agua. La preocupación crece con cifras que alertan sobre la vulnerabilidad del país: 277 municipios en 24 departamentos han reportado niveles de agua por debajo de lo habitual, y 82 han tenido que implementar medidas de racionamiento. Bogotá, Cali y Medellín ya viven las consecuencias.
En este contexto, las instituciones públicas juegan un rol clave en la transición hacia una gestión eficiente del agua, particularmente a través de la implementación de tecnologías emergentes y la modernización de sus infraestructuras.
La tecnología como herramienta contra el desperdicio
Expertos como Daniel Jato Espino, docente de la Maestría en Ciudades Inteligentes y Sostenibles de la Universidad Internacional de Valencia, señalan que la solución pasa por integrar criterios de eficiencia, resiliencia y circularidad en el diseño y rehabilitación de edificios públicos. Esto implica la adopción de tecnologías que permitan la captación de agua lluvia, la reutilización de aguas grises, y el uso de dispositivos de bajo consumo.
El concepto de ciudad inteligente cobra protagonismo en este esfuerzo. Herramientas como sensores inteligentes para detectar fugas, redes de distribución con monitoreo en tiempo real, y gemelos digitales para simular el comportamiento de los sistemas hídricos, permiten anticiparse a fallos y reducir pérdidas.
Más allá de la infraestructura
La transformación no depende exclusivamente de la tecnología. También requiere nuevos marcos normativos, incentivos económicos y, sobre todo, una ciudadanía informada y activa. Promover campañas educativas, alianzas público-privadas y mecanismos de gobernanza participativa son pasos clave para reducir el desperdicio y construir una cultura del uso responsable del agua.
Una planificación urbana con enfoque hídrico
La planificación de las ciudades del futuro debe contemplar el ciclo natural del agua desde su origen. Para ello, se propone:
-
Realizar análisis de ciclo de vida de infraestructuras.
-
Usar herramientas de evaluación multicriterio.
-
Incorporar criterios de sostenibilidad en todas las etapas del desarrollo urbano.
Estas medidas permiten tomar decisiones más informadas, prevenir desequilibrios y responder con mayor eficacia a las exigencias climáticas del presente y del futuro.
En medio del panorama actual marcado por el cambio climático y la escasez del recurso hídrico, las ciudades están llamadas a transformar radicalmente su manera de gestionar el agua. La preocupación crece con cifras que alertan sobre la vulnerabilidad del país: 277 municipios en 24 departamentos han reportado niveles de agua por debajo de lo habitual, y 82 han tenido que implementar medidas de racionamiento. Bogotá, Cali y Medellín ya viven las consecuencias.
En este contexto, las instituciones públicas juegan un rol clave en la transición hacia una gestión eficiente del agua, particularmente a través de la implementación de tecnologías emergentes y la modernización de sus infraestructuras.
La tecnología como herramienta contra el desperdicio
Expertos como Daniel Jato Espino, docente de la Maestría en Ciudades Inteligentes y Sostenibles de la Universidad Internacional de Valencia, señalan que la solución pasa por integrar criterios de eficiencia, resiliencia y circularidad en el diseño y rehabilitación de edificios públicos. Esto implica la adopción de tecnologías que permitan la captación de agua lluvia, la reutilización de aguas grises, y el uso de dispositivos de bajo consumo.
El concepto de ciudad inteligente cobra protagonismo en este esfuerzo. Herramientas como sensores inteligentes para detectar fugas, redes de distribución con monitoreo en tiempo real, y gemelos digitales para simular el comportamiento de los sistemas hídricos, permiten anticiparse a fallos y reducir pérdidas.
Más allá de la infraestructura
La transformación no depende exclusivamente de la tecnología. También requiere nuevos marcos normativos, incentivos económicos y, sobre todo, una ciudadanía informada y activa. Promover campañas educativas, alianzas público-privadas y mecanismos de gobernanza participativa son pasos clave para reducir el desperdicio y construir una cultura del uso responsable del agua.
Una planificación urbana con enfoque hídrico
La planificación de las ciudades del futuro debe contemplar el ciclo natural del agua desde su origen. Para ello, se propone:
-
Realizar análisis de ciclo de vida de infraestructuras.
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Usar herramientas de evaluación multicriterio.
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Incorporar criterios de sostenibilidad en todas las etapas del desarrollo urbano.
Estas medidas permiten tomar decisiones más informadas, prevenir desequilibrios y responder con mayor eficacia a las exigencias climáticas del presente y del futuro.
Fuente por: Noticias Día a Día
